Los cristianos estamos enamorados de un concepto muy
familiar, un concepto en el que añoramos un hogar perfecto en el que nos gustaría vivir con esa familia
perfecta, tenemos una profunda idea de regresar a esa casa a donde
pertenecemos.
Se preguntarán porque los cristianos experimentamos esa añoranza?, la
respuesta es sencilla y es por el hecho de que vivimos en el exilio, porque estamos lejos de casa.
En ocasiones nos preguntamos
porque vivimos esta melancolía y la respuesta es porque Dios nos creo para
vivir en el Edén, y estamos fuera de el; en nuestro ser hay un recuerdo lejano
de cuando vivimos en el Edén por medio de Adán y Eva, fuimos creados para ese
lugar perfecto y es lo que añora nuestro corazón, es un lugar donde no había enfermedad, no
había muerte, un lugar de placer, Dios nos hizo para ese huerto, y por eso lo
extrañamos, tristemente Adán y Eva
fueron expulsados del lugar ideal a causa del pecado, “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto
de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía á todos lados, para
guardar el camino del árbol de la vida”. Genesis 3:23 al 24.
Esa espada es la que no nos permite estar de regreso y nos encontramos como
el hijo pródigo "Lucas 15:11-32", deseamos experimentar el mundo pero solo es un vano espejismo y ahora deseamos regresar a la casa de nuestro Padre ya que experimentamos la
melancolía, otro ejemplo es Cain y Abel
cuando Dios ve con agrado la ofrenda de Abel y Cain lo invidia y lo invita a estar lejos de casa, para que Cain diera muerte a su hermano, eso es lo que pasa cuando estamos fuera de casa, el pecado toma
control de nuestra vida, y es cuando Dios dicta sentencia a Cain: “He aquí me echas hoy de la faz de la tierra, y de tu
presencia me esconderé; y seré vagabundo y extranjero en la tierra; y será que
cualquiera que me hallare, me matará". Génesis 4 :14
Somos fugitivos errantes, lo que anhelamos es
la presencia de Dios, no deseamos estar exiliados, el exilio no tiene que ver
con la posición geográfica, es la posición delante de Dios, estas en su
presencia o no estas con Él.
Pero aunque vivimos en un exilio hay una buena noticia y es que Jésus vino a abrir el camino a casa, a sacarnos para no vivir en el exilio, esa
espada que guardaba la entrada al Eden a El lo partió en la cruz para que tu puedas
regresar a casa.
El Señor esta preparando un
banquete para tú regreso, esta esperando recibirte con los
brazos abiertos y poderte decir:
“Bienvenido Yo Te Amo".
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